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Foto del escritorOmar Rodríguez

4 tipos de duelo de los que nadie nos habla.


El mundo del duelo ha llegado a ser entendido solamente como reacción a la muerte. Pero ese estrecho entendimiento no logra englobar todo el rango de experiencias humanas que crean y activan el duelo. Estos son cuatro tipos de duelo que experimentamos que no tienen nada que ver con la muerte:


1. Pérdida de identidad: Una afiliación o papel perdido.


· Una persona que atraviesa por un divorcio y siente la pérdida de ya no ser "esposo o esposa" de alguien.

· Un sobreviviente de cáncer que lamenta la pérdida de su sentido de maternidad después de una mastectomía doble.

· Una persona con síndrome de nido vacío que lamenta la pérdida de identidad de ser padre o madre en su manera más directa.

· Una persona que pierde su trabajo o cambia de carrera y lamenta la pérdida de su identidad.

· Alguien que deja un grupo religioso y siente la pérdida de su comunidad y afiliación.


Cuando una persona pierde su identidad primaria, lamentan una pérdida del sentido del ser. Tienen la tarea de hacer duelo por la persona que pensaron que eran y eventualmente crear una nueva historia que integre la pérdida dentro de su narrativa personal. En algunas instancias, la identidad se siente robada, como en los casos en los que la persona se siente devastada por un divorcio y como la sobreviviente de cáncer. Para esos individuos, el duelo puede sentirse reforzado por la falta de control que tuvieron en la decisión.


Otros deciden deshacerse de una identidad, como es el caso de los que cambian de carrera o dejan una comunidad religiosa. Aunque esto puede sonar más fácil, aquellos individuos pueden sentir su duelo combinado con la ambivalencia de la elección de dejar algo por lo que también estarán de luto. Puede que se sientan menos merecedores de su duelo y pérdida de identidad, porque la decisión fue autoimpuesta.



2. Pérdida de seguridad: La pérdida de bienestar mental, emocional y físico.


· Sobrevivientes de trauma sexual, emocional o físico que se esfuerzan por sentirse seguros en su vida diaria

· Familias que experimentan un desalojo o inestabilidad en su hogar y se sienten desprotegidos.

· Hijos de padres divorciados que hacen duelo por la pérdida de seguridad en su familia "Intacta".

· Miembros de una comunidad que se encontraron con violencia y se sintieron inestables e inseguros.

· Una persona que descubre una infidelidad romántica de su pareja y se siente emocionalmente insegura en la relación.


A niveles básicos, esperamos sentirnos seguros en nuestros hogares, nuestras comunidades y nuestras relaciones. La pérdida de la sensación de seguridad, ya sea física (después de un robo) o emocional (después de un romance), puede hacer que el mundo de una persona se sienta inseguro. Los síntomas de la pérdida de seguridad suelen incluir una sensación de hipervigilancia incluso en ausencia de peligro o una sensación de entumecimiento.


Para muchos, especialmente para aquellos que sufren de estrés post traumático, la sensación de entumecimiento e hipervigilancia ocurren de manera intermitente. Para los sobrevivientes de trauma, violencia e inestabilidad, esa sensación de seguridad interna puede ser difícil de restaurar, incluso si las circunstancias se estabilizan. Además, para sanar del trauma, los individuos tienen la tarea de hacer duelo por la pérdida del sentido de seguridad y luego aprender a reconstruirla.


3. Pérdida de autonomía: La habilidad perdida de manejar la vida y asuntos propios.


· Una persona con una enfermedad degenerativa que lamenta la pérdida de habilidades físicas o cognitivas.

· Un adulto mayor que ya no es capaz de cuidar de sí mismo que lamenta su declive (esto también puede unirse a la pérdida de un sentido de identidad como miembro activo de la sociedad).

· Una persona que experimenta un caída financiera y siente la pérdida de su sentido de autonomía ya que dependen de la ayuda de otros.


Este tipo de duelo pega en el núcleo de la necesidad de todas las personas de controlar su cuerpo y su vida. La pérdida de autonomía provoca duelo por la sensación de pérdida de control y la lucha por mantener un sentido de identidad. En los casos de enfermedad y discapacidad, la autonomía perdida (y con frecuencia la identidad perdida) marca cada paso que dan.


Nuevas formas de declive provocan duelo por la pérdida de independencia y la capacidad de funcionar. Una persona que pasa por un problema financiero severo suele experimentar esta misma sensación de pérdida, manifestada en la sensación de que sus opciones se agotan, junto con un sentimiento de fracaso o desesperación. Tienen la tarea de pasar el duelo por esas pérdidas y reconceptualizar quiénes son de cara a estas nuevas limitantes.


4. Pérdida de sueños o expectativas: Lidiar con esperanzas y sueños que no se cumplen.


· Una persona o pareja que se enfrentan a la infertilidad.

· Un estudiante de excelencia que se enfrenta al mundo real y no puede encontrarse un lugar.

· Una persona cuya trayectoria profesional no refleja sus expectativas.

· Una persona cuya comunidad da un giro político no deseado.


Este tipo de duelo se caracteriza por un profundo sentido de desorientación. Muchos de nosotros vamos por ahí con una visión de cómo resultarán nuestras vidas y cómo esperamos que opere el mundo. Cuando los eventos de la vida violan nuestras expectativas, una persona puede experimentar una profunda sensación de duelo e injusticia. Una persona o pareja que están tratando de tener un hijo y el estudiante que lucha por encontrar su camino en el mundo suelen experimentar una sensación de fracaso que complica el proceso de duelo. Puede que terminen comparando sus procesos y resultados con los de los demás. Los cambios políticos inesperados pueden llevar a un sentido de pérdida de la realidad asumida y el sentimiento de estabilidad proveniente de creer que entendían cómo operaba el mundo.


Devolverle su lugar a la palabra duelo.


Pérdida de identidad, seguridad, autonomía y expectativas, todas son pérdidas merecedoras de un duelo. El duelo y el luto, como estructura, pueden ayudarnos a salir de un momento o capítulo de caos, con la suavidad que le damos a un doliente. El doliente recibe compasión y tiene derecho a estar enojado, triste, entumecido, desorientado y de sanar de maneras no lineales. La palabra duelo caracteriza de manera precisa la realidad interna del proceso y al mismo tiempo le da legitimidad y concluye el proceso para nosotros y para los demás.


Mientras que muchos experimentan los problemas y tragedias de la vida con duelo y luto, muchos sienten que no tienen derecho a la palabra.


Si estás pasando por una situación cómo está, agenda una sesión conmigo para sentirte mejor y estar acompañado en este camino.




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